Mal de Panamá acecha a América LatinaPlantaciones de banano en alerta
- La raza 4 de este hongo podría afectar a más del 70% del comercio mundial del banano. No existe ninguna variedad resistente al Mal de Panamá –Raza 4. El Mal de Panamá Raza 4 está presente en cultivos en Indonesia, China, Taiwán, Malasia, Filipinas, Australia, África. El Mal de Panamá, podría afectar a 12.3 millones de habitantes que viven directamente del cultivo de 1.3 millones de hectáreas en Latinoamérica.
Presentado por:
Alfredo Saltos Guale
Asesor en insumos, importaciones y exportaciones de banano.
Columnista, ex ministro de Agricultura de Ecuador y ex docente Universidad de Guayaquil.
En las décadas del 50 y 60 del siglo pasado el continente americano fue severamente sacudido por la presencia de una enfermedad fungosa ocasionada por el Fusarium oxisporum f. sp. cubense que, con su modalidad uno, devastó miles de hectáreas de banano de la apetitosa variedad Gros Michel, en distintos países de Latinoamérica.
Erróneamente se habla de 80 mil cuando solamente en Ecuador se tiene evidencia incuestionable que fueron 170 mil (1), sin cuantificar las no registradas oficialmente, que fueron substituidas en corto lapso por tipos del grupo Cavendish resistentes a esa forma de ataque. Ahora el mundo bananero es nuevamente conmovido por el avance incontenible del mismo mal pero esta vez en su denominada raza 4, que no tiene piedad, ni deja en pie a esas variedades que representan más del 70% del comercio mundial de la fruta, con la enorme agravante que no tienen tabla de salvación porque no existe ninguna alternativa de reemplazo con formas resistentes aceptadas por los mercados internacionales.
Variedad de Banano Gros Michel (Gussie Good, 2010)
Presentado así el problema, no son pocos los pronunciamientos de autoridades locales, generalmente imberbes, que estiman que el hongo está todavía muy distante afectando continentes muy lejanos, confinado por la presencia de los grandes océanos que se constituyen en una barrera difícilmente franqueable, aseverando que tomará mucho tiempo para que el flagelo se haga presente en nuestras plácidas plantaciones de musáceas comestibles de América. Frente a estas desaprensivas e infundadas opiniones es necesario retrotraer algunas experiencias y realidades vividas, totalmente documentadas, que se dieron precisamente con motivo del embate de la raza 1 en las bananeras Gros Michel de épocas pretéritas, que pueden ser verificadas en los anales de la historia agrícola de América, que nos llevarán a concluir que el enemigo ya toca nuestras puertas, conforme vamos a demostrar a lo largo de este artículo.
En la edición Número 2 de la revista Banano, del año 1968, publicada bajo responsabilidad de la desaparecida Dirección Nacional del Banano de Ecuador (2), aparece un trabajo titulado “Mal de Panamá”, cuyo autor es Robert Lallessard del Instituto Franco Ecuatoriano de Investigaciones Agrícolas, donde indica que las primeras observaciones se verificaron sobre abacá (Musa textiles Nee) en Australia en el año 1876, descubierta en banano ecuatoriano en 1929, pero antes entre los años 1890 y 1910 se la identificó en la zona de Almirante, república de Panamá, de donde se supone adoptó la denominación con que se la conoce en todo el mundo. Es decir, le tomó al patógeno 34 años para migrar de Australia al istmo de Panamá y de allí 19 años hasta llegar a la costa ecuatoriana. En la publicación realizada por el IFEIA “Las principales enfermedades de las bananeras del Ecuador”, de la Misión J. Brun de 1962 (3) se supone el ingreso a América vía las Antillas y concretamente por la zona bananera de Martinica y de allí a Jamaica, luego a América Central para concluir su diseminación en América del Sur, e increíblemente se cree que de allí se posó en el Oeste africano, concluyendo que se “puede decir con fundamento, que fue el hombre el responsable de la introducción del Mal de Panamá en zonas anteriormente intactas”.
Planta de Banano infectada con Fusarium oxysporum f. sp. Cubense
(Plant Management Network Image Collections, 2000)
Situación bananera de los años 50 y 60 del siglo XX en comparación con la actual.
Para mediados del siglo pasado se reportaba en Ecuador 170 mil hectáreas de banano y una comercialización de 68 millones de su equivalente en cajas de 40 libras, llegando en 2014 a 290 millones es decir la movilización de la fruta creció 4.6 veces en sesenta años y con ello aumentó el número de navíos refrigerados que transportaban la fruta. Desde el año 1980 comienza las exportaciones de banano ecuatoriano en contenedores refrigerados aumentando sucesivamente hasta pasar del 18% en el 2007 al 51% en el 2011, mientras en barcos se redujo del 82% al 49% (4 ) en el mismo período o sea una tasa de reemplazo anual del 8.25%, lo cual significa que en el 2013 la proporción habría aumentado para los contenedores a más del 70%, lo cual nos lleva a considerar que en ese año llegaron vacíos al país alrededor de 190 mil unidades de carga, con la agravante que muchos de ellos tomaron fruta en países asiáticos que han sido ya tomados por el mal de Panamá y por lo tanto serios candidatos para ser portadores de partículas de suelo contaminados con las esporas del hongo FOC 4 y por lo tanto convertirse en medios idóneos de diseminación hacia zonas que aún no manifiestan su presencia.
Raza Tropical 4 de Mal de Panamá(Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias INIAP Ecuador, 2012)
Por otra parte, la literatura internacional asevera que la raza tropical 4 de Fusarium es mucho más agresiva que las raza 1, 2 y 3, basta pensar solamente que ninguna variedad de banano y plátano tiene resistencia a ella, mientras que las del grupo Cavendish si soportan con ventaja los embates de la raza 1, 2 y 3; y el banano Bluggoe resiste la 1 y 3. Para aumentar más la incertidumbre los síntomas provocados por el ataque de la raza 4 son similares a los de las razas 1 y 2. Es un enemigo silencioso dijo Miguel Dita Rodríguez en su presentación en Guayaquil en octubre de 2014 (5) “te puedes confundir y estar durmiendo con el enemigo sin saberlo” a tal punto que cuando se detecta ya puede haber contaminado otras áreas. Es un viajero sigiloso, viaja de polizonte invisible en zapatos, equipos y equipajes, herramientas o cualquier otra cosa que toque suelo contaminado. Además puede estar en otras plantas con una vida discreta, pero sin dejar de ser peligroso para el banano”. Sus clamidosporas pueden permanecer latentes en el suelo por muchos años hasta encontrar la primera oportunidad para atacar al banano o plátano.
Su combate es un problema de carácter político regional
En varias oportunidades hemos sostenido que la lucha contra el Mal de Panamá es fundamentalmente un asunto de carácter político porque tiene que ver con el bienestar y subsistencia de millones de personas. Dita Rodríguez sostiene que de presentarse en América Latina afectaría a 12.3 millones de habitantes (5) que viven directamente del cultivo de 1.3 millones de hectáreas. En Ecuador las inversiones bananeras en producción, comercialización, logísticas, producción de envases, materiales de empaque, embalaje, insumos de toda índole, puertos, aero atomización y otras representan más de diez mil millones de dólares equivalentes al 10% del PIB total de la nación, por lo que su destrucción, que es donde desembocaría la presencia del mal causaría un grave daño de difícil recuperación y un desequilibrio social de impredecibles consecuencias. En algunos países el aporte al ingreso de divisas es también grande, en Ecuador alcanza más de 2.300 millones de dólares. Siendo así tiene que ser motivo de enorme preocupación del estado en su conjunto, de toda la sociedad civil, de los líderes políticos, de dirigentes gremiales, de la opinión pública expresada en todos los medios de comunicación escrito, hablado o televisivo.
Gracias a la presión de organismos no gubernamentales que operan en el mundo la mayoría de países latinoamericanos han elaborado sus planes de contingencia, de prevención y control, pero a nuestro juicio se han quedado en papeles y presentaciones pintorescas, en congresos técnicos y reuniones de expertos, pero acciones concretas no se perciben porque precisamente falta la voluntad política de los gobernantes y de los propios empresarios privados que mantienen una pasividad asustante, creyendo que aun el peligro está distante sin considerar que dada la movilidad de las actividades humanas han sido vencidas las distancias y la propagación del hongo se puede dar en un mismo día si un viajero que haya pisado una finca con Fusarium se trasladase inmediatamente por vía aérea a cualquier nación latinoamericana podría llevar involuntariamente esporas vivas de FOC 4 y provocar una verdadera tragedia continental.
Mal de Panamá (Nigel Cattlin, 2010)El tema tampoco es particular para una nación del continente, es una amenaza para todas y por tanto deben tomarse medidas coordinadas y concertadas entre todas para ejecutar planes conjuntos de prevención que alarguen su arribo a nuestros terruños. Es necesario asignar muchos recursos en investigación para contribuir entre todos a la búsqueda de cultivares resistentes pero válidos para satisfacer las apetencias de los consumidores, como única alternativa para enfrentar tan desastroso como macabro enemigo que dejaría al mundo sin su fruta más solicitada y barata, que puede degustarla durante todo el año, con cualidades nutritivas y nutricéuticas aún no conocidas.
Es necesario que Ecuador como primer exportador mundial lidere iniciativas de carácter político como sería un gran encuentro entre Jefes de Estado de los países del Continente que producen y exportan banano y otras musáceas comestibles y decidan con frontalidad adoptar planes continentales suficientemente sustentados en asignaciones económicas que aseguren resultados inmediatos y palpables, con lo cual comprometerían también a todos los ciudadanos y lograrían además el apoyo de los consumidores que claman atención urgente frente a un monstruo que podría acabar con la fruta predilecta.