Acceso a las tecnologías y adopción de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs), son las claves de la agricultura en América Latina
Entrevista con Valdemar Fisher, Presidente Junta Directiva y José Perdomo, Presidente Ejecutivo de CropLife Latin America
¿Cuáles fueron los temas que más demandaron esfuerzo en 2018 a CropLife y sus asociaciones?
JP
Fue un año bastante dinámico, nos enfocamos en apoyar la lucha contra el comercio ilegal de plaguicidas y ganar aliados para ese fin, continuamos promoviendo las buenas prácticas agrícolas que es una misión diaria que nunca terminará, y atendimos múltiples frentes en materia regulatoria. Todos esfuerzos realizados en equipo con las Asociaciones Nacionales.
¿Aumentó el compromiso de las autoridades con la lucha contra el comercio ilegal?
JP
Hoy podemos afirmar que hay una mayor conciencia porque todos hemos visibilizado el impacto negativo del comercio ilegal de plaguicidas. El trabajo conjunto con las autoridades, las asociaciones y las compañías ha generado acciones preventivas y operativos para incautar y desmantelar organizaciones delictivas principalmente en Brasil, Paraguay, Chile, Colombia, Bolivia, Guatemala y México.
¿Cuáles fueron los hitos en materia regulatoria en 2018?
JP
Uno de los procesos más importantes en 2018 y que aún no termina, es la ley que moderniza el registro de plaguicidas en Brasil, necesaria para el ingreso de productos de última tecnología. En la región andina se actualizó y aprobó el Manual Técnico Andino. En Costa Rica ya está vigente el reglamento de registro que permitirá el ingreso de productos más innovadores. Hubo iniciativas de prohibición que fueron retiradas, una vez las autoridades analizaron el respaldo técnico y científico de los productos.
¿Qué quiere decir con productos innovadores o de última tecnología?
VF
Como en todas las industrias los productos fitosanitarios o plaguicidas tienen mejoras permanentes. Si comparamos productos de las décadas del 60 o 70 con los más modernos, encontramos grandes diferencias; por ejemplo, los más nuevos se degradan con mayor facilidad, su toxicidad es menor y se requieren menores dosis. También hay innovación en los empaques, como las bolsas solubles en agua. Estas tecnologías son más amigables con el ambiente y más seguras. Por esta razón, para mencionar un caso, Brasil necesita actualizar su regulación y permitir el acceso a los productos de vanguardia.
¿Qué otros ejemplos de innovación llegaron en 2018 para el control de plagas?
VF
Hoy los agricultores cuentan con paquetes tecnológicos mas integrados para proteger sus cultivos. A los plaguicidas más modernos se suman equipos de aplicación que permiten mayor precisión; el uso de drones para monitoreo y manejo integrado de plagas, los productos biológicos para ser utilizados en cultivos orgánicos o convencionales, semillas resistentes a plagas, y una amplia oferta de aplicaciones digitales que permiten tener todo el monitoreo del cultivo y producción en línea.
¿El perfil del agricultor actual en América Latina le permite aprovechar estas innovaciones?
VF
Sin duda, hoy los agricultores tienen más acceso a la comunicación y están más informados, e interesados en las nuevas tecnologías. Pero aquí hay una tarea para todos, debemos asegurar el acceso a la información, la educación y las tecnologías en los eslabones más débiles de la cadena agrícola. Esperamos que en 2019 la cobertura de telefonía celular e internet crezca en zonas rurales y aumente el uso de celular en los agricultores de pequeña escala. El acceso a internet ha permitido que el agricultor reciba y comparta conocimientos para mejorar sus prácticas.
Podemos tener toda la tecnología posible, pero sin Buenas Prácticas Agrícolas, (BPAs), no avanzamos hacia una agricultura más sostenible, ¿Qué sucede con el control y la vigilancia de las BPAs en campo?
VF
Cada vez hay más conciencia de la necesidad de cumplir con las BPAs y se abren paso procesos mandatorios. En todos los países existen reglamentos que obligan a las autoridades a vigilar el cumplimiento de éstas y en todos hay múltiples guías y requerimientos compartidos. Sin embargo, el 2018 nos deja un caso de aprendizaje en este frente, se trata de la iniciativa de la Red de BPAs de Argentina, una alianza interinstitucional que promueve las Buenas Prácticas Agrícolas con recomendaciones para las normativas sobre aplicaciones de productos fitosanitarios, con indicadores para que cada agricultor pueda medir la adopción de las mismas y con certificaciones agrícolas. Es un modelo que demanda la participación de toda la cadena y que también está siendo considerado en Uruguay.
¿Qué avances se pueden destacar en los programas de capacitación en BPAs de CropLife Latin America?
JP
La red de nuestras 25 asociaciones continuó con distintos modelos de capacitación tanto en el programa CuidAgro dedicado a las Buenas Prácticas Agrícolas, como en CampoLimpio con foco en la disposición final de envases. Con el modelo de capacitación a multiplicadores logramos llegar a 200 mil personas de manera presencial y se sacaron del campo más 60 mil toneladas de plástico, que en su mayoría fue reciclado.
¿Qué avances reporta CropLife Latin America en la educación online?
JP
Este año actualizamos el diseño y la navegabilidad de la plataforma de cursos virtuales, lanzamos dos cursos, uno sobre los fundamentos de la Biotecnología y otro sobre Mitigación de Riesgo en el Manejo de Plaguicidas, además habilitamos la plataforma en inglés. Aplaudimos el desarrollo de otras iniciativas públicas y privadas de capacitación virtual, porque es el futuro.
¿Cuáles son los temas más relevantes para 2019?
JP
Mantendremos nuestro esfuerzo en la promoción del manejo responsable de los agroquímicos; continuaremos el diálogo proactivo con autoridades, agricultores y otros sectores de la sociedad para buscar el perfeccionamiento de sistemas regulatorios y una mayor comprensión hacia el sector en temas como la innovación, el comercio ilegal de plaguicidas y la sostenibilidad de la agricultura moderna.
De la mano con las BPAs hay otros temas de alta preocupación social, como la salud de los polinizadores ¿Cómo se abordó este tema en 2018?
JP
Las malas practicas agrícolas y apícolas afectan a los polinizadores; hay zonas en donde los agricultores desconocen o ignoran la importancia de la polinización y el beneficio para sus cultivos, por lo tanto, no los protegen; por otro lado, muchos apicultores no hacen un control sanitario adecuado a las colmenas y en algunos lugares ni siquiera hay comunicación y cooperación entre estos dos sectores. Trabajamos con las autoridades y otras organizaciones en la realización de jornadas de capacitación en Chile, Colombia, Ecuador, México y Brasil. Pero es muy importante sumar aliados para que agricultores y apicultores implementen mejores prácticas y se coordinen mejor. También es necesario resaltar que la producción mundial de miel se ha mantenido en aumento en las últimas décadas. En México, por ejemplo, aumentó más del 34% en 2018.
¿Cuál es su visión sobre los residuos de plaguicidas en los alimentos?
VF
Los consumidores deben confiar en las autoridades y la ciencia cuando argumentan que la presencia de residuos de plaguicidas en los alimentos es tan baja que no es un riesgo para la salud; así lo comprueban estudios y análisis técnicos y científicos, y autoridades regulatorias de todo el mundo. Es un tema muy emocional mas que racional, en el cual estamos trabajando y continuaremos haciéndolo en 2019. Ante la duda debemos recurrir siempre a las respuestas de la ciencia, hacerlo de una forma clara, transparente y accesible a todos.