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¿Cómo manejar el riesgo de los plaguicidas, cuáles son las medidas que toman fabricantes, organizaciones internacionales, autoridades nacionales, distribuidores y agricultores para reducir el riesgo al manejar estos productos? Para responder estos interrogantes el equipo de CropLife Latin America participó con conferencias en varios talleres que convocaron las Asociaciones Nacionales en la región. Estos talleres contaron con la participación de autoridades y expertos. También organizamos un panel sobre Riesgo versus Peligro en el XIV Congreso Internacional de Química de Protección de Cultivos, de la IUPAC en Bélgica.
Para facilitar los entrenamientos en gestión y mitigación de riesgo, lanzamos en 2019 un curso virtual con tres módulos dedicados a este tema. La importancia de los plaguicidas en la agricultura, los principios de gestión y las herramientas para el manejo del riesgo de estas sustancias son las temáticas que se desarrollan en este curso que ha sido terminado exitosamente por más de 500 personas desde su lanzamiento en septiembre de 2019.
Colombia y Perú lanzaron oficialmente dos Modelos para la Simulación de la Exposición de Plaguicidas en el Agua que fortalecen y perfeccionan el proceso de registro de los agroquímicos. Se trata de herramientas diseñadas para cuantificar la exposición de plaguicidas de uso agrícola en los cuerpos de agua vecinos después de efectuar una aplicación en un cultivo dado. Los Modelos permiten cumplir con la evaluación escalonada de la exposición de agua que exige la Norma Andina 804 y su Manual Técnico Andino, afirma Richard Franklin, Director de CropLife Latin America para la Región Andina.
Las dos herramientas fueron presentadas en un póster científico en la 13 reunión bienal de la Sociedad de Toxicología y Química Ambiental (SETAC) realizada en Cartagena, Colombia, en septiembre pasado.
Una de las principales exigencias regulatorias para exportar productos agrícolas está relacionada con los Límites Máximos de Residuos, LMRs; que es la cantidad permitida de residuos de plaguicidas en los alimentos de acuerdo con las normas de mercados internacionales.
Los LMRs son estándares comerciales que se establecen en niveles con suficiente seguridad para la salud humana. El problema es que cambian constantemente y pueden variar entre países y regiones. Esto plantea un gran desafío para los exportadores de América Latina que venden sus cosechas a Estados Unidos, Europa y Asia. Los agricultores que exportan deben estar atentos a los cambios de los LMRs para que sus cosechas no sean rechazadas.
2019 fue un año bastante dinámico en esta área, asegura José Perdomo, Presidente de CropLife Latin America, particularmente para los productores de banano, debido a los procesos de reevaluación en la Unión Europea que causa bajas en los LMRs de moléculas clave para la producción y exportación de la fruta. Esta situación ha alarmado a los productores de banano de Guatemala, Honduras, Costa Rica, Ecuador, Panamá y Colombia, quienes han manifestado su preocupación por los efectos sociales, económicos y comerciales de esta decisión que carece de fundamento científico.
La modificación de los LMRs debe basarse en evidencia científica concluyente para evitar medidas restrictivas al comercio. Los productores agrícolas abogan porque se mantenga el Codex Alimentarius como referencia internacional que establece las tolerancias aceptadas que rigen el comercio internacional.
Los LMRs preocupan también a los agricultores de cultivos menores como las frutillas, razón por la cual fue una de las conferencias del Noveno Congreso de Aneberries en Guadalajara, México, en julio de 2019. CropLife Latin America expuso sobre los retos para la producción y exportación de los cultivos menores. Las frutillas son el tercer producto más exportado por México, con un mercado estimado en 2.3 billones de dólares anuales.
La defensa del debido proceso y de las decisiones regulatorias basadas en ciencia ocuparon una buena parte de la agenda del equipo de CropLife Latin America, de los comités regulatorios de las compañías asociadas y de las Asociaciones Nacionales.
Las regulaciones restrictivas de otras regiones del planeta generaron iniciativas similares en América Latina. Con el diálogo proactivo y los argumentos técnicos y científicos, las autoridades nacionales mantuvieron el debido proceso y no se registraron cancelaciones, restricciones o prohibiciones.
CropLife Latin America participó activamente en las consultas que Rainforest Alliance realizó en 2019 para la nueva Guía de Certificación, incluyendo talleres presenciales en Costa Rica y Ecuador. Después de varias consultas con audiencias interesadas, entre ellas, las realizadas en los países antes señalados, Rainforest reprogramó la publicación de su nueva guía hasta junio de 2020.
Centro América avanzó en la aplicación del reglamento armonizado para etiquetado de plaguicidas, pero aún persisten inconvenientes debido a que algunos países insisten en interpretar algunos puntos y no priorizan el criterio regional, asegura Martín Zúñiga, Director para Centro América y El Caribe de CropLife Latin America.
Costa Rica continúa sin grandes avances en la efectividad del sistema de registro de plaguicidas, pese a que hace dos años se aprobó un nuevo reglamento. Debido a esta razón no se ha superado el retraso en registros de nuevas moléculas para combatir las plagas.
En la Región Andina se aprobó el Manual Técnico Andino para el Registro y Control de Plaguicidas Químicos de Uso Agrícola (Resolución 2075 de 2019). Esta norma establece novedades que no contenía el antiguo manual, como la migración de las etiquetas al sistema GHS en los siguientes 60 meses, a partir del momento en que entre en vigor, es decir, el 1 de febrero de 2020. También establece el compromiso de las autoridades de emitir una reglamentación para regular el registro por equivalencia, el cual solo será de aplicación voluntaria, y la posibilidad de presentar ante las autoridades de salud estudios que sustenten la no existencia de potencial carcinogénico en aquellas moléculas que han sido clasificadas como tal por la IARC, explica Richard Franklin, Director para la Región Andina de CropLife Latin America.
En el Cono Sur acompañamos varios procesos de actualizaciones de los sistemas de registro de los productos fitosanitarios. En Chile las modificaciones están relacionadas con la incorporación del registro por equivalencia, y en Uruguay es una iniciativa oficial que busca mejorar el sistema regulatorio.
Participamos en la reunión del Grupo de Países de América Latina y el Caribe, (GRULAC) en preparación a las reuniones de los Convenios de Rotterdam y Estocolmo, donde se ofreció información técnica con relación a propuestas de listas productos fitosanitarios en los anexos de estos tratados, asegura Juan Cruz Jaime, Director del Cono Sur de CropLife Latin America.
En Brasil, después de cuatro consultas públicas convocadas por ANVISA, se expidieron regulaciones que exigen la adopción de las etiquetas a GHS y elementos de análisis de riesgo dietario. Lo más destacable es que las guías se apoyan en un análisis de riesgo para evalución toxicológica en lugar de criterios de corte por peligrosidad.
En octubre pasado entró en vigor el Reglamento Técnico Centroamericano de Bioseguridad de Organismos Vivos Modificados (OVM), lo que le permite a Guatemala la importación, comercialización y siembra de semillas modificadas de productos para el consumo humano y animal.
La importación de granos de este tipo para alimentos ya era permitida en Guatemala, pero la siembra y producción no. El trámite de autorización exige documentar el tipo de semilla, la actividad en la que se usará y lugar en donde se sembrará. Se estima que las primeras autorizaciones se darán en un año.
En el caso del maíz criollo (blanco), que se produce en el altiplano guatemalteco, estará protegido porque las semillas modificadas no son aptas para la producción en climas de más 1.100 metros sobre el nivel del mar.
El Acuerdo surgió como parte de la Unión Aduanera Guatemala - Honduras, que tiene como propósito el libre tránsito de mercancías entre los países. Desde 1997 Honduras está a la vanguardia en la comercialización y uso de la biotecnología, lo que ha generado beneficios en la productividad
Honduras expidió el Acuerdo 008 de 2019 del Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria, SENASA, que le permite al Comité Nacional de Biotecnología y Bioseguridad Agrícola, CNBBA, aprobar el procedimiento de autorización para solicitudes relacionadas con el uso de nuevas técnicas de mejoramiento genético (biotecnología de precisión).
Estas políticas de adopción a la biotecnología agrícola abren la puerta para que Guatemala y Honduras mejoren su producción agrícola, impulsen investigaciones científicas y avancen hacia una agricultura más sostenible, asegura Alejandro Hernández, Director de Biotecnología para Centro América y El Caribe de CropLife Latin America
Los cultivos biotecnológicos suman más de 191,8 millones de hectáreas en el mundo, que equivalen al área geográfica de México. La mayoría de estos cultivos corresponden a soya (50%), maíz (30,7%), algodón (13%) y canola (10,1%) Las razones para que los reyes de los cultivos biotecnológicos sean la soya y el maíz, es que se utilizan como materia prima para la preparación de múltiples productos, especialmente para alimento concentrado para animales; en la medida en que aumenta el consumo de proteína animal, aumentará la demanda de estos dos cereales. Escenario de oportunidad para los principales exportadores del mundo, que son Estados Unidos, Argentina y Brasil. Este último logró vender el 90% de las exportaciones de soya a la China en 2018.
Aunque la adopción de la biotecnología la lideran Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá e India, en donde se concentra el 91% de la producción, en total 26 países le han abierto las puertas a la agro-biotecnología permitiendo su siembra.
La biotecnología se suma a las múltiples herramientas tecnológicas con las que hoy en día cuentan los agricultores para mejorar sus rendimientos, reducir pérdidas y avanzar hacia una agricultura más sostenible. En América Latina la adopción de la biotecnología avanza positivamente, afirma José Perdomo, Presidente de CropLife Latin America. Aunque Argentina y Brasil son las potencias agroexportadoras, otros países han avanzado en marcos legales que permiten la siembra y comercialización de semillas genéticamente modificadas, como Paraguay, Bolivia, Colombia y Honduras.
79,4 millones de hectáreas de cultivos transgénicos se reportan en 10 países de América Latina, distribuidos de la siguiente manera: Fuente: Servicio Internacional de Adquisición de Aplicaciones de Agrobiotecnología (ISAAA, por sus siglas en inglés).